lunes, 27 de octubre de 2008

Mi último poema y es para ti ...



Llegaste derepente,
y yo no era consciente
de quién eras,
te lo digo de veras.
Nos conocimos,
nos hicimos amigos,
y también nos quisimos...
De la noche a la mañana,
cambiaste mi mundo de tinieblas,
por el tuyo lleno de alegrías.
A tu mundo me aferré,
a tí me sujeté,
y ya no me solté.
En silencio te amé,
pero por miedo me callé,
y nunca, nada te conté.
Ahora que estoy perdida,
que camino sin vida,
me busco a mi misma...
Ahora que todo ha cambiado,
que todo a vuelto a su lado,
te diré lo que siento,
sin cortarme un pelo.
Sabías que tenía miedo,
también que había amado;
sabías que había sufrido,
pero que intentaba superarlo.
Siempre te he querido,
al principio como amigo,
ahora ese sentimiento ha crecido.
¿?
Tú eras el motivo
de mi sonrisa,
me parecía oir tu voz,
cuando me acariciaba la brisa
¿?
Te volviste una necesidad,
sin tí no podía respirar,
no podía continuar...
¡Tú eras y serás mi felicidad!
Te quise a más no poder,
pero nunca te lo dejé ver;
y sólo espero que llegues a entender,
que jamás te dejé de querer.
Soy poeta resignada,
tal vez enamorada,
pero no muy insiprada,
y menos aún amada.
Lo que sentías me confesaste,
lo que pensabas me comentaste,
lo que dudabas me preguntaste,
y así salimos adelante.
Estaré tras las puertas,
esperando a que las abras,
tras las puertas del infierno,
donde me pediste que esperara...
Te estoy esperando, cielo,
¿ya ves?, no tengo corazón de hielo.
Siempre te he apreciado,
y aún te estoy esperando...

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